CÓMO AYUDAR CON LA CONSERVACIÓN DE LAS ABEJAS

¿Sabías que las abejas son vitales para la vida en el planeta? Esto incluye también la nuestra. La vegetación crece gracias a ellas, pues como animales polinizadores, recogen el polen de diferentes flores con sus patas, antenas y pelos, lo que provoca que en los cambios de flor suelten parte de éste y surja el conocido método reproductivo tan utilizado por gran variedad de plantas. Este crecimiento de flora es importante para la alimentación de animales, como los herbívoros, y para nosotros, pues necesitamos la vegetación para vivir. El 75% de la flora silvestre se poliniza gracias a las abejas y casi el 40% de las frutas y verduras que comemos procede de la polinización.

La contaminación ambiental, el aumento de las especies invasoras, el cambio climático, que las desorienta, los vertidos tóxicos como plaguicidas o insecticidas utilizados en la agricultura industrializada o el deterioro de sus hábitats a causa de incendios son algunas de las causas de la cercana desaparición de las abejas.

Si esta especie desapareciera, nos encontraríamos con diversos factores que nos perjudicarían directamente:

• Habría menos frutas, pues los árboles frutales que dependen de insectos como éstos se verían afectados.
• Perderíamos gran cantidad de alimentos y gran parte de la población mundial no podría ser alimentada.
• Una reducción natural de oxígeno, generado por el crecimiento de las plantas, ligado a la polinización, daría como resultado más contaminación y dificultad para respirar.
• Las poblaciones de animales que se alimentan de ellas o de su miel se reducirían.
• Llegarían a extinguirse gran cantidad de especies vegetales.

Por suerte, tenemos en nuestro poder la posibilidad de poder proteger a las abejas, contribuyendo para que sobrevivan y se reproduzcan en las mejores condiciones. Si tenéis jardín o un balcón con plantas, podéis llevar a cabo las siguientes prácticas para aportar vuestro granito de arena:

1. El césped para las abejas es como un desierto. No olvidéis plantar diversidad de plantas que generen polen y que puedan servirles de alimento.
2. Cuando plantéis flores, que sean autóctonas. Si los polinizadores locales se pueden alimentar bien, su población crecerá por encima de las especies invasoras, mejorando así las perspectivas de supervivencia de las especies locales.
3. Si en parques y jardines se plantan flores que florezcan en diferentes épocas del año, las abejas y otros insectos polinizadores encontrarán alimento durante mayor periodo de tiempo.
4. Tened especial cuidado con los pesticidas. Muchos de ellos suponen un riesgo para las abejas. Si una de ellas se contamina y vuelve a su colonia, terminará intoxicando a todas las demás. Si se trata de vuestras plantas de jardín o balcón, existen plaguicidas naturales y ecológicos que incluso se pueden fabricar en casa y tienen el mismo efecto.
5. Proporcionadles agua y alimento. En un gran jardín, podéis habilitar una zona despejada para que construyan su colmena, haciendo uso de cajas de madera o tinajas de barro.
6. Si fabricáis una colmena de madera, pintadla siempre con aceites vegetales ecológicos.
7. Si consumís miel, que sea de producción ecológica. Las colmenas de este tipo de producción son uno de los mejores modelos de producción sostenible. Además de respetar el entorno, facilitan la polinización. El entorno de la colmena estará siempre alejado de zonas urbanas y cultivos intensivos, lo que asegura la ausencia de contaminación.
8. Contribuir en contra del cambio climático, por supuesto.

Albert Einstein dijo una vez: “Si la abeja desapareciera de la superficie del globo, al hombre sólo le quedarían cuatro años de vida: sin abejas, no hay polinización, ni hierba, ni animales, ni hombres.”

Seamos conscientes de la gravedad del problema y contribuyamos a la protección de estos pequeños seres y su gran trabajo.

¡Un mundo mejor es posible!