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Viaje en familia a Kenia. Carta de nuestro CEO

por admin

Masái Mara en familia, una experiencia única para un viaje socialmente responsable

 

Viajar en familia, vivir una experiencia turística auténtica y única. Todo esto lo hemos encontrado en el Masai Mara, en familia. Este año pasado, en verano, quería realizar un viaje especial por mis 50 ( ¡los 50 solo son una vez en la vida!)  Y ya hace un año tuve la fortuna de cruzarme en el camino, gracias a un amigo, con Rosa Escandell y William Kikanae Ole Pere, un par de personas para mí ya muy especiales, padres de un proyecto social impresionante: lideran una ONG con la que asegurar la educación de los niños y niñas masáis, además de ayudar a una cooperativa de mujeres artesanas masáis que, a través de su trabajo, generan dinero para sus familias y ensalzan el empoderamiento de la mujer, algo impensable entre las tribus keniatas.

El proyecto alcanzó un hito importante cuando, además, pusieron en marcha un ecolodge turístico con el que generar más fondos para la escuela de niños y niñas masáis. Los Masáis son parte principal del proyecto, el alma, son empleados y beneficiarios. Una manera de generar más ingresos a partir de una actividad económica como es la turística. Y a eso se pusieron en marcha hace ya más de 4 años, ¡y vaya si lo consiguieron! Viajar de una manera solidaria, no solo es hacerlo con viajes de cooperación, esta manera de viajar con ellos es otra manera en la que tú, casi sin darte cuenta, te imbuyes de la situación, sin sufrimiento, sin crudeza, pero sintiendo al final de tu estancia, que tu viaje además de ayudar a la educación de esos niños, te ha ayudado a ver de otra manera este mundo y medir con otro prisma tus problemas.

No es un viaje de cooperación como os digo, es un viaje turístico como los cientos que hay en esta zona de Kenia, pero totalmente diferente. Parte de la base de que convives en todo momento con guerreros Masáis, que además de hacer su trabajo de guías especializados en la naturaleza, realizan labores propias de la hotelería. Te limpian la habitación, te cocinan exquisitos platos, te sirven en el comedor y comparten contigo sus vivencias junto al fuego todas las noches.

Seguro conoceréis amigos y conocidos que viajaron a Kenia, pero aquí lanzaré unas cuantas preguntas: ¿Cuántos de ellos hicieron un Trekking por el Masái Mara acompañado de guerreros Masáis? ¿Cuántos bajaron del coche para adentrarse en este espacio único con la tranquilidad de hacerlo con alguien que es parte de este territorio al igual que el león , la cebra o el elefante?

Cuando caminas con ellos, entiendes la relación de respeto y convivencia entre el ser humano y el resto de los animales. ¿Cuántos de vuestros conocidos pudieron disfrutar de sentir cómo cientos de hipopótamos salen del río mara para comer al atardecer?  ¿Cuántos durmieron en un campamento junto al río Mara en tiendas con todas las comodidades del mundo, pero envueltas toda la noche por el hilo musical, de las hienas, leones, hipopótamos?…

Este viaje te hace disfrutar de la fauna y flora del Masái Mara, te hace cubrir tu lista de los big five con creces, te hace vivir en una continua montaña rusa de emociones. Hoy comemos bajo un árbol en mitad de la sabana, mañana estaremos desayunando junto al Mara y tomándonos una cervecita viendo el atardecer junto al fuego en el mitad del Masái Mara.

Vivir en primera persona sus emociones pone la piel de gallina, porque cuando bailan, lo hacen porque están felices y tú lo haces junto a ellos, y no, no son bailarines contratados, son Ronko el cocinero, Oltetinga tu preotector, o William el director de la ONG y guía oficial del National Geographic, además de uno de los candidatos a la beca Michael Jordan.

No, estos no son actores, son tus acompañantes del viaje, masáis de verdad, que comparten durante 7 días un pedacito de su cielo para que tu puedas vivirlo. Y todo esto cuando lo vives con tus hijos, sin sentir peligro, sin más sufrimiento del necesario, consigues que un viaje a Kenia se convierta en una vivencia que permanecerá para siempre en nuestros corazones.

Mis hijos tienen 12 y 16 años; además de experimentar lo que es un safari como cualquiera de los que hayan podido tener la suerte de viajar a esta zona de África, se llevan consigo la vivencia de ver cómo parte de su viaje han ido destinado a esa escuela de niños que han visitado cada vez que han querido porque está junto al lodge. Niños con los que un día jugaron al futbol con una pelota de plástico y trapos, niños que comparten una goma para 5 y un lápiz para 2, pero que gracias al viaje de muchos turistas y al esfuerzo de todos, estos ángeles que forman parte de ADCAM conseguirán educarse y ser mejores masáis, porque eso sí, la escuela les educa como lo que son: masáis; haciéndoles sentir orgullo y responsabilidad de conseguir que la cultura masái se mantenga y con su educación les permita alcanzar una vida mejor.

Con este post solo he querido abrir la puerta de este viaje que realizamos en familia y que cualquiera de las familias que piense alguna vez en viajar a Kenia, no debería perderse, todo ello sin haceros demasiado spoiler.

Los que tenemos la fortuna de poder viajar, tenemos la responsabilidad de hacerlo cada vez mejor, de una manera no solo menos impactante, sino que, además, aporte valor al territorio que visitamos. Si además de las experiencias turísticas, consigues llevarte un aprendizaje de vida, qué más se puede pedir al viaje.

No dudéis en consultarnos sobre este viaje del que sin duda guardaréis recuerdos para el resto de vuestras vidas.

Larga vida a ADCAM y a este maravilloso proyecto, os espero a todos en el Masi Mara junto a SAÓ Viajes.

Alberto Galloso,

CEO de SAÓ Viajes Naturales.

Viajar a Kenia en familia con SAÓ Viajes

 

 

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