Hoy vamos a hablaros de la alimentación de “kilómetro 0”, una tendencia que nació en Estados Unidos en los años 70 y que entró a través de Italia en el continente europeo en los 80. Esta alimentación se basa en la adquisición preferente de productos procedentes de un radio inferior a 100km y se ha convertido en un esfuerzo por parte de los consumidores por no contribuir a los grandes grupos de distribución alimentaria y favorecer, de esta manera, la economía local y los cultivos variados y de temporada; pero no por ello el consumidor se ha de ver limitado en el consumo de productos, pues se ha de ser realista y entender que esta filosofía limitaría las dietas a una serie de productos. Se ha de tomar como una “norma” en la cual, siempre y cuando sea posible, se indagará en el origen de los productos que se adquieran y se escogerán siempre los que tengan origen local. Y es que consumir productos locales tiene muchas ventajas. Os contamos algunas:
Se reduce la contaminación, pues los camiones congeladores, aviones, trenes y barcos quedan al margen de la cadena de distribución. Al tratarse de alimentos producidos en un radio no mayor a 100 km, no se recorren grandes distancias para llegar al punto final de consumo. Esto conlleva a no precisar condiciones especiales de envasado para la conservación en el transporte, lo que se traduce en menor cantidad de productos no biodegradables, como plásticos o bandejas de porexpan. Además, los cultivos suelen ser respetuosos con en medio ambiente.
El consumo de este tipo de productos ayuda a llevar una alimentación más equilibrada, sana y saludable, ya que al conocer su origen se garantiza que los alimentos se producen de acuerdo con la normativa vigente en Europa, mucho más estricta en materia medioambiental que la de algunos países exportadores. Además, al no exigir condiciones de larga conservación, muchos de estos productos se darán en forma de alimentos orgánicos naturales, con lo que se consumen menos productos elaborados industrialmente. ¿Sabíais que se puede ahorrar la inclusión de elementos potenciadores del sabor? Al ser ecológicos, el sabor de los alimentos km0 cambia respecto a los de las grandes superficies, son más sabrosos y mantienen intactos sus valores nutricionales. Quedan libres de conservantes porque su producción se da de manera natural, sin aditivos químicos, fertilizantes, herbicidas, pesticidas, grasas añadidas, hormonas o antibióticos.
El desperdicio alimentario se ve reducido, puesto que, al acortar sensiblemente la cadena de intermediarios, se eliminan los descartes innecesarios, las pérdidas por deficiencias en su transporte o almacenamiento, etc. También el desperdicio por razones de estética o marketing, pues por lo general, los pequeños productores suelen reciclar restos en forma de abonos, embutidos, harinas para piensos…
Se aboga por una economía más justa, evitando con esto los abusos y respetando los derechos de los productores. Al externalizar la producción en busca de competitividad en precios se ha llegado a situaciones como encontrar producciones extranjeras en las que las condiciones laborales son más precarias con un etiquetado español, por ejemplo, siendo trasladados desde países donde las condiciones laborales son más precarias y las exigencias medioambientales menos rígidas, lo que permite ofrecer precios más bajos.
Otra parte interesante del consumo de productos de km0 es la conciencia que se toma de las limitaciones ambientales y el fomento de la curiosidad por el aprendizaje para aumentar su vida útil, ya sea a base de salazones, secados o en forma de conservas, por ejemplo. También se tiene en cuenta el calendario de verduras de temporada, lo que hace ser consciente del coste que supone tener al abasto todo tipo de alimentos todo el año.
Pero… ¿dónde adquirir estos productos?
En los mercados locales se pueden encontrar productos sin intermediarios o si los hubiere, son muy pocos. Cuando se opta por comer fuera de casa, este tipo de productos también pueden encontrarse a través de restaurantes km0 o platos km0, cuyos ingredientes habrán viajado menos de 100km. Estos restaurantes serán fácilmente identificables por disponer de una etiqueta que certifica que se ajustan a las características del kilómetro 0. Entre esas características deben de figurar al menos cinco platos km0 y que, al menos, el 40% de sus ingredientes sean locales o que los residuos generados se reciclen.
En SAÓ, también promovemos el consumo de productos de km 0 en muchos de los restaurantes a los que vais en nuestras escapadas. Algunas de estas escapadas tienen lugar en la Comunidad Valenciana; aquí os dejamos algunos ejemplos:
CURSO DE COCINA SALUDABLE
Aprenderéis los secretos de la cocina ecológica, propuestas mediterráneas con los sabores más rurales y naturales.
https://saoviajes.es/viaje/curso-cocina-saludable-interior-provincia-valencia/
PURA DESCONEXIÓN
Degustaréis platos sanos con sabores sencillos y limpios, elaborados a partir de materias primas de origen biológico y verduras y hortalizas propias cultivadas en el huerto.
EXPERIENCIA FIN DE SEMANA GASTRONÓMICO 100% ECO
En la que el alojamiento es autosuficiente en la gestión de sus residuos y parte de su cocina sale de sus propias huertas o de productores locales. Una magnífica propuesta gastronómica maridada con vinos de proximidad
https://saoviajes.es/viaje/experiencia-gastronomica-100-ecologico/
