Si tus vacaciones las empleas para descansar de la rutina del día a día y de desconexión del mundo laboral, pero te impones el recorrer ciudades para ver lo máximo posible o te planificas los días en función de las paradas rápidas que tienes que hacer para poder abarcar todo o de los monumentos que tienes que fotografiar, tenemos una maña noticia: no estás poniendo en práctica el Slow Travel. Tal vez ni lo hayas probado.
Párate a pensar: ¿estás viviendo la cultura del destino? ¿has cruzado siquiera una palabra con la gente local? ¿estás solamente viendo aquello más turístico? ¿has realizado alguna actividad en la que hayas implicado a pequeñas empresas locales? Si has contestado no a la mayoría, estás lejos de la práctica del Slow Travel. Esta filosofía o forma de viajar está hecha para aquellos viajeros y viajeras que desean conectar consigo mismos y con aquellos lugares que visitan.
Cómo practicar el Slow Travel
Si llegados hasta aquí ya te estás preguntando cómo se practica el Slow Travel, es porque llevas dentro de ti a un buen turista responsable, así que te contamos los secretos de cómo poner en práctica esta filosofía de viaje:
1. Planea tu viaje con antelación
Esto te permitirá hacerlo de una forma relajada, con posibilidad de previsiones y mejores condiciones de alojamiento y traslados. Nuestra recomendación siempre será alojarte en casas rurales u hoteles que tengan en cuenta el medioambiente y que sean locales, evitando grandes cadenas hoteleras.
2. Prioriza
Crea un listado con aquellas actividades, experiencias o vivencias que quieras experimentar. Una buena recomendación es: a menor número de lugares, más tiempo de pausa.
3. Déjate llevar
Lo mejor del punto 2 es que deja tiempo para el punto 3, pues te dará margen para ajustarte a nuevos planes, resolver imprevistos o adaptarte a cambios que puedan ocurrir durante tu viaje.
4. Olvídate de las apariencias
Sabemos que es tentador estar publicando en todo momento las vacaciones, los lugares, los monumentos o las actividades que hacemos o visitamos durante las vacaciones, pero es algo que abstrae de la realidad y del lugar. Es difícil llegar a sentir o disfrutar si estamos pendientes constantemente de las apariencias.
5. Márcate un único objetivo: disfrutar al máximo
Sabiendo que el Slow Travel es acumular recuerdos y vivencias y no destinos o sellos en el pasaporte, enfócate en disfrutar de tu viaje e intenta implicarte al máximo en este nuevo concepto. Dedícate tiempo, disfruta, cálmate e implica en tu viaje a la gente local.
Por qué está de moda la práctica del Slow Travel
¿Sabías que el turismo lento comenzó siendo una derivación del movimiento Slow Food que se inició en Italia a finales de los 80? Este movimiento fue fruto de una respuesta dada a las franquicias de comida rápida que brotaban en el país sin control, con el consiguiente olvido de la experiencia gastronómica que supone sentarse en una mesa a disfrutar del tiempo saboreando la comida.
El Turismo Lento anima a ver más abarcando menos, sintiendo al máximo el destino viajando despacio e incluyendo experiencias en las que poder implicarse en el destino con pequeños y medianos empresarios.
El por qué está de moda es muy sencillo: tras la era COVID-19, las personas apreciamos más la lentitud y valoramos más aquello que nos rodea. Buscamos la evasión, la tranquilidad y las nuevas vivencias que nos saquen definitivamente de las prisas y nos introduzcan directamente en las culturas locales.
Actualmente, y cada vez más, los destinos enfocan su turismo a los viajes lentos, trabajando con empresas que ofrezcan experiencias gastronómicas, históricas, culturales o naturales. Y en eso precisamente es en lo que trabaja SAÓ Viajes, buscando en España y en el mundo experiencias que puedas consumir de una forma lenta y responsable. ¡Puedes echarles un vistazo aquí mismo!