Sectores invitados a la transición
Uno de los objetivos más ambiciosos y complicados es que esta transición ecológica pueda hacerse
en todos los sectores, porque no todos encuentran alternativa hoy en día. Por ejemplo, en la construcción, con materiales pesados que no tienen sustituto. “España está cerca de estar madura en construcción sostenible, pero la transición es
difícil de gestionar; necesitamos más que voluntad. Si somos hábiles, le podremos sacar mucho partido”, explica Miguel Mitre, arquitecto bioclimático y miembro del Green Building Council España.
Inversiones verdes
Es importante destacar que el emprendimiento en España en los últimos años cuenta con un gran número de proyectos que nacen de la sostenibilidad, sin reciclajes o adaptaciones, de forma orgánica, y las escuelas de negocio ya transitan esta tendencia en todos sus temarios. En este compromiso fue clave la intervención el pasado año del Banco Central Europeo advirtiendo de los riesgos climáticos y llamando a las
inversiones verdes.
También pesa el informe del World Economic Forum sobre riesgos fechado en 2020, que situaba por primera vez los
riesgos ambientales entre los más graves para la
economía mundial. La amenaza más grande es para ellos la «acción climática», seguida por «eventos meteorológicos extremos», «desastres naturales» o «pérdida de biodiversidad«, entre otros; todos ellos están considerados en el informe tan graves como las armas de destrucción masiva.
Finanzas para el cambio en España
La inversión responsable, la que deja una huella social y medioambiental, ha vivido el pasado año su repunte, como destaca el Consejo Asesor Nacional para la Inversión de Impacto. Según uno de sus informes,
la inversión de impacto social y medioambiental positivo en España superó los 229 millones de euros en 2019, lo que supone un crecimiento del 154 % respecto a los 90 millones de euros del año anterior. La inversión de impacto parece fundamental para movilizar capital privado y dar respuesta a la Agenda 2030. Víctor Viñuales, director ejecutivo de Ecodes –fundación que promueve proyectos de bienestar común– matiza que las inversiones sostenibles, las que “además de pensar en interés, seguridad y disponibilidad, piensan a dónde va esto y qué apoyo con mi dinero”, deben “ser transparentes y confiables”.
Entre los sectores más preparados para esta transición están el sector
eléctrico y el de la
movilidad, y son estos los que pueden y deben ser más ambiciosos, pero todos los ámbitos deben repensarse. “Toca hacer cambios de hábitos creíbles. Hablamos de iluminación, materiales, alimentación, electrificación, hidrógeno, diseño de ciudades…”, expone María Mendiluce, directora de economía circular, ciudades y movilidad del Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD). En Europa, los cambios deben venir apoyados por
la innovación y la digitalización. En el mismo PNACC (Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático 2021-2030) se insiste en activar la compra pública de innovación
para no dejar a nadie atrás.
Una cuenta atrás
Pese a los avances, los expertos coinciden en que vamos tarde. “
Hemos postergado mucho las soluciones y ahora tenemos que hacer mucho en poco tiempo; no tenemos otra”, insiste Viñuales. “Tenemos que hacer un ejercicio de talento y esfuerzo para escudriñar los cambios más rápidos; los atajos…”. Y “llegar a acuerdos”, como insiste el embajador de Pacto por el Clima (ONU) y profesor de la Universidad Politécnica de Madrid, César García Aranda.
La necesidad de poner de acuerdo a muchos explica que muchas decisiones se dilaten. “Europa marca esa hoja de ruta a medio plazo porque hay que poner de acuerdo a los países y para asegurar que la financiación es sostenible. Los gobernantes deben ser innovadores y visionarios para que tengamos sociedades avanzadas, preparadas, sanas e inclusivas”, resume este profesor.
Educación ambiental para el consenso
Fue notable que la Cumbre del Clima celebrada en Madrid en diciembre de 2019 se invitara por primera vez a los ministros de Finanzas e Industria, abiertos a escuchar que el sistema lineal no es sostenible. La sucesión de informes sobre aguas, aire, enfriamiento y calentamiento global, eventos climatológicos adversos, biodiversidad, etcétera, presentados aquellos días, dejaron claro que esto es una emergencia, no una tendencia. “Me frustra la lentitud de los cambios teniendo toda la tecnología necesaria a mano. El artículo 6 debe ser una prioridad y todos los sectores debéis centraros en la descarbonización”, interpeló Guterres desde el ágora en relación con el asunto de los mercados de carbono (las emisiones contaminantes de cada país).
Aunque alcanzar un acuerdo en materia climática (y especialmente sobre el polémico artículo 6) es uno de los mayores retos a nivel mundial, como quedó claro en la COP25 y en todas las anteriores, lo cierto es que Europa y en concreto España parece que va calando como lluvia final el cambio de conciencia y hay acuerdos unánimes sobre medioambiente. Prueba de ello es la existencia de grupos como el de Crecimiento Verde, que engloba, entre otras al 40 % de las empresas del Ibex, e iniciativas como la puesta en marcha por el BC3, el Manifiesto por una recuperación sostenible en el marco del Pacto Verde Europeo.Recuperación sostenible
“La recuperación sostenible no es una cuestión de ideología, es que es lo más rentable. Estamos en un punto crítico y hace falta inversión y capacitación”, detalla Mikel González-Eguino, experto en cambio climático, energía, economía ambiental y asuntos públicos, entre otros y miembro del BC3. “Tenemos que ver cuáles son nuestras fortalezas para tener sectores industriales y productivos que sean líderes”, añade. Según un reciente informe de la Fundación Biodiversidad, el 45 % de los invitados a la descarbonización de la economía estima que la sostenibilidad es una oportunidad y el 60 % cree que hará a las economías más competitivas.Rumbo a un capitalismo más humano
El término sostenibilidad tiene entidad propia y el tejido económico sabe, aunque les cueste aplicarlo, que es un camino sin marcha atrás y sin fisuras. Nadie niega el fracaso del sistema lineal contra los límites planetarios y Europa quiere coger ventaja en este ámbito para competir con potencias como China y Estados Unidos, mucho más lejos de este planteamiento. “La UE está liderando este movimiento con una preocupación de fondo, evitar el ‘greenwashing‘, que se pueda confirmar realmente en los cambios y se hagan. La sostenibilidad cambia muchos comportamientos y para eso hay que hacer mucha pedagogía: rentabilidad y medioambiente deberían ir de la mano”, añade Vernis. Todo lo que deberías saber sobre la ‘sostenibilidad’.